Esta no es mi historia, tampoco la de unos amigos pero si es de gente muy cercana. Una historia que cuenta como el amor pasó por rutina, y las sonrisas se fueron transformando en máscaras y como día a día, el amor pasó a ser odio.
Ellos se amaban, y viajaban pero no necesariamente por lugares extravagantes, ellos viajaban en el tiempo imaginando un futuro mejor, con una casita e hijos, con despertar en las mañanas mirádonse las caras. Soñando con lo que cualquier pareja enamorada sueña. Pero al primer día las cosas fracasaron. Como toda persona enamorada, ambos trataron pero el esfuerzo no hacia más que crearles una joroba en la espalda y ojeras bajo los ojos.
Y así fueron pasando los días, ya vivir juntos no era como tener vacaciones, fueron naciendo los niños y con eso venía más trabajo. Él salía, ella se quedaba y al estar juntos no hacian más que peliar. Ella alegaba que él no le daba tiempo. Él alegaba que simplemente no tenía tiempo.Y sus sueños poco a poco se fueron muriendo, asfixiado en el baúl de los recuerdos. Llenando de polvo, de polillas y tonos amarillentos.
Los hijos crecieron y las diferencias entre ellos también. Como los niños estaban grandes resultaba inultil fingir amor entre ellos, simplemente no se llevaban bien.
Se separaron y comenzaron caminos distintos. Ella sola, él con amigos, esos amigos entre comillas y de vez en cuando, simultaneamente pero de forma separada se sentaban a recordar las cosas que imaginaban de jóvenes y a abrir cada cuál el baúl de su corazón y ver sus recuerdos roidos por el tiempo, por la rutina. La lágrima era innevitable. Sin embargo al verse no hacían más que peliar. Ninguno era capaz de pedir perdón, ni de mostrar su verdadero sentir en sus expresiones faciales.
Y el tiempo sin piedad alguna siguió pasando. Ahora sus hijos tienen más hijos, ellos ya casi no se ven, sus huesos no se lo permiten. Se sabe que siguen acumulando recuerdos y pensando "que hubiera pasado si..." y quizá, quien sabe, sus hijos los entierren juntos y al fin así puedan descansar en paz uno al lado del otro, cumpliendo sus sueños sin siquiera tener conciencia de ello...
Ellos se amaban, y viajaban pero no necesariamente por lugares extravagantes, ellos viajaban en el tiempo imaginando un futuro mejor, con una casita e hijos, con despertar en las mañanas mirádonse las caras. Soñando con lo que cualquier pareja enamorada sueña. Pero al primer día las cosas fracasaron. Como toda persona enamorada, ambos trataron pero el esfuerzo no hacia más que crearles una joroba en la espalda y ojeras bajo los ojos.
Y así fueron pasando los días, ya vivir juntos no era como tener vacaciones, fueron naciendo los niños y con eso venía más trabajo. Él salía, ella se quedaba y al estar juntos no hacian más que peliar. Ella alegaba que él no le daba tiempo. Él alegaba que simplemente no tenía tiempo.Y sus sueños poco a poco se fueron muriendo, asfixiado en el baúl de los recuerdos. Llenando de polvo, de polillas y tonos amarillentos.
Los hijos crecieron y las diferencias entre ellos también. Como los niños estaban grandes resultaba inultil fingir amor entre ellos, simplemente no se llevaban bien.
Se separaron y comenzaron caminos distintos. Ella sola, él con amigos, esos amigos entre comillas y de vez en cuando, simultaneamente pero de forma separada se sentaban a recordar las cosas que imaginaban de jóvenes y a abrir cada cuál el baúl de su corazón y ver sus recuerdos roidos por el tiempo, por la rutina. La lágrima era innevitable. Sin embargo al verse no hacían más que peliar. Ninguno era capaz de pedir perdón, ni de mostrar su verdadero sentir en sus expresiones faciales.
Y el tiempo sin piedad alguna siguió pasando. Ahora sus hijos tienen más hijos, ellos ya casi no se ven, sus huesos no se lo permiten. Se sabe que siguen acumulando recuerdos y pensando "que hubiera pasado si..." y quizá, quien sabe, sus hijos los entierren juntos y al fin así puedan descansar en paz uno al lado del otro, cumpliendo sus sueños sin siquiera tener conciencia de ello...
"y en el aire ruedan gotas de amor.....gotas de amor"
