sábado, 27 de febrero de 2010

Crónicas del terremoto


"¡¡¿Cómo estás?!!" Fue lo primero que escuche de ti por teléfono, que tranquilidad más grande. No sabía bien cómo estaba el destrozo afuera. Tenía una noción pero no lo sabía. La frustración de no poder acoger a todos los seres queridos en mis brazos, de tenerte a mi lado y decirte "tranquilo, cariño, pasa en un ratito". Escuchar el azote de las cosas como si estubieran zapatiando por su cuenta. Ver a medias, en la oscuridad de la noche a mi papá y a mi mamá entrar por la puerta tambaleante como cuando era pequeña y me asustaban cosas que no existían. Vernos, después de mucho tiempo así, juntos, unidos por una causa. Como siempre debrió haber sido. El enojo de la tierra, el estallido... La solidaridad de la gente. Es aquí cuando los colores y las discordias se dejan a un lado y se puede tender una mano sin la consecuencia del rencor. Por qué no puede ser así siempre. La enseñanza de romper con un circulo vicioso. Por qué esperar el fin del mundo para llamar a todos tus parientes y amigos y preguntarles simplemente "Cómo estás", "espero que estes bien"..."Te quiero". Cosas materiales son cosas sin vida, cosas recuperables, cosas que en estas circinstancias no valen nada. ¿Qué es una muralla comparado con una vida? y no me refiero solo a las personas, me refiero tamién a todos aquellos que como impulso toaron a sus mascotas, protegiéndolas -dentro de lo que podían- entre sus brazos. Que tranquilidad escuchar tu voz, sanita, prácticamente retandome por no saber de mi. Saber -nuevamente- que me amas simplemente porque me dijiste "cuidate, te amo". Sé que sabes que también yo te amo pero no está demás decirtelo. Ahora vienen las réplicas. Ahora viene la disposcición de la gente, la solidaridad. Cooperar para que esos escombros ya no sean escombros, sean murallas de nuevo, sean techos, sean camas para la gente que no tiene donde dormir. Compartir un vaso de agua con quien no tiene ese servicio. Compartir una sonrisa con quién luce preocupado, decirle a traves de la sonrisa "hey! tranquilo, todo va a pasar..." y aprender de esto. Hay muchas cosas que aprender, es cosa de poner a pensar con una mano en el corazón y con los ojos abiertos.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Ideas vagas en un texto


Soy una idiota, sí, una idiota con cara de payaso pero ya la pintira se va corriendo de donde debería estar y voy espantando a lo que está a mi alrrededor. Supongo que este viaje tiene dos opciones; ser el comienzo de algo totalmente nuevo o ser el broche de oro para el final de lo poco y nada que va quedando. Más que empacar mi ropa y mis cosas, trató de acomodar mis máscaras de sonrisa... "nose si esta sonrisa aguante otro año más" decía el pequeño niño en un comercial publicitario por la televisión. Yo no sé si estas máscaras funcionen todavía. Hace bastante que ya no las uso y no quiero volver a ponermelas. Es como si tubieran pegamento. Logré ser yo y ahora...nose si esta yo aguante otro espectaculo más. Creo ser fuerte, pero quién es mas fuerte aquí; la situación o yo. Más que mal esto viene de años, muchos años atrás y yo ni siquiera he salido del colegio. Sí, me siento pequeña y me siento tonta. No quiero arrastrar a nadie pero los arrastro igual. Logro sacar sus enojos, su pena, su lástima...Quizá he ahí mi afán de encerrarme en mi pieza. Soyuna tonta, pero ¿quién no es tonto en este mundo de locos?. Solo pido un poco de paz a mis pares, solo eso... Alomejor mi afán de escribir es no amargar a los demás contandoles las cosas que van pasando. De una cosa me doy cuenta, puedo ser tonta y pequeña y alomejor no ser muy fuerte como todos creen, pero no soy egoísta. No quiero contar mis dramas y me aislo porque no quiero ver a los demás, a la gente que quiero y que amo* lamentandose como yo lo hago. Por eso escribo aquí. No mucha gente se mete a leer aquí, es un rincón olvidado bien emperifollado... Basta, no más escritura... seguiré pensando y arreglando maletas. Ni siquiera tengo claro a dónde iré ni por cuanto...



*Javier Godoy